Desde su creación, en 1988, Ian Mosh se ha hecho un hueco en ese reducido grupo de firmas que hacen una moda intimista y poética.
Sus creaciones, fruto de la indagación en los aspectos universales del alma, nos transportan a fábulas y mundos románticos que existen al margen de las tendencias que marcan las pasarelas y las cadenas high street.